MANTENIMIENTO DE LOS FRENOS DE TAMBOR EN TU COCHE

Sí, has leído bien, porque los frenos de tambor que aún hoy se siguen instalando en muchos modelos de nueva hornada (sobre todo, en utilitarios y comerciales ligeros) se empezaron a usar recién entrado el siglo XX. El concepto incluso fue probado mucho antes. El caso es que para garantizar su correcto funcionamiento es necesario que se lleven a cabo unas revisiones periódicas que nos libren de sustos y riesgos innecesarios.

¿CÓMO SE REALIZA EL MANTENIMIENTO DE LOS FRENOS DE TAMBOR DEL VEHÍCULO?

El mantenimiento de los frenos de tambor no es nada complejo. Basta con vigilar que el tambor no esté oxidado, agrietado o deformado por fuera. Una de sus ventajas es que la duración suele ser alta. Eso sí, a la hora de cambiar una pieza conviene sustituir todo el kit al completo, tanto de la rueda en cuestión como de la opuesta que completa el eje (los frenos de tambor en la actualidad solo se usan en las ruedas traseras).

¿CÓMO ACTÚAN LOS FRENOS DE TAMBOR? 

El nombre le viene precisamente porque el sistema se compone de un tambor o cilindro que gira con el eje. En su interior, dos grandes zapatas son las encargadas de oponer resistencia al propio tambor cuando se acciona el freno y, por tanto, de crear fricción para que la velocidad disminuya para decelerar o detener el vehículo.

Si hablamos de ventajas, hay que mencionar que una de sus grandes bazas es que cuentan con más superficie de frenado que los de frenos de disco y que, obviamente, son más económicos. Además, a velocidades bajas y medias gozan de una buena efectividad.

Ahora bien, cuando la exigencia sube y, por ende, el calor también, se vuelven algo más débiles por el llamado ‘fadding’. En este punto es donde los frenos de disco ganan por goleada…Tranquilo, porque para el día a día no los vas a necesitar y para el circuito ya están los modelos de corte deportivo.

CONSEJOS PARA MANTENER CORRECTAMENTE LOS FRENOS DE TAMBOR

Como decíamos, para mantener en buen estado los frenos de tambor y asegurar su eficacia no hay que hacer ni una gran inversión económica ni dedicar demasiado tiempo a ello. Solo tienes que comprobar que no hay óxido a la vista, que el desgaste de las zapatas es equilibrado en ambos ejes y que no hay ninguna fuga de líquido de frenos. En algunas ocasiones los podrás comprobar tú mismo y, si tienes alguna duda al respecto, lo más recomendable es que acudas a tu taller de confianza para evitar correr riesgos innecesarios.